AcEnTricO

Sobretejido, no mires la pieza de cristal que levantan todos los miles de brazos
No dejes el agujero a la sombra o la nieve a la rodilla gangrenándose tristeza
Deja tus palabras en ganchos de curtiembre para la voz que se atosiga en el garabato
En la ruma de vacíos y agujeros que vuelan desplumados a mis ojos
O perforan, la radio entornillada a nuestro pecho, la desintonía de los colores y las formas
Arrastrándose, girando las escenas como retrato de bolsas plásticas despedidas por el viento
Así como la carne chorrea de las bocas amoratadas
Y el freno se pierde en mi talega sin fondo
Tu críptico sincero se unge en kerosone
Abre los dedos a la navaja y grita.

Por eso, no cortes alas de carbón en las pústulas de tu ritmo
No te esculpas en la avenida de inhábiles transeúntes, escúchate sonar desentonado
Levantar piernas y dorsos enormes, conjurar excesos de adrenalina en perros salvajes,
Besar manos de paredes y mejillas de basura…

Mírate sostener el paraguas contra el planeta
Cuando gires sobre él y caiga.

Y de nuevo me hundí en el oscuro espacio;
Por última vez, para siempre.

Ryounosuke Akutagawa: “En el bosque”


Aluvión de mayo camina sobre mi espalda
Saluda por encima de las torres
Deja tu signo de flamígera plata, arder
Bajo los mares de mis oscuros ojos.
Tú que submarinista de jabón rozas la espiga
De los titánicos vellos y congojas la brea
De los profundos arrecifes sulfurosos.
Sumérgete bajo el silencio, brama
Estaciones de hojas que resucitan
Esperando la tiniebla
Bajo el cerezo. Donde reposo
Y alargo mis brazos, mi cuerpo desnudo
Moviendo las aguas que llueven al cielo
Hacia ti, aluvión de mayo.

Decir amapolas a tus rezos, juntar mis manos
Ver tu rostro detrás de la batiente
Alargar sombras de luz, sobre los ramos propiciatorios
Tentar a los grillos con humo de noche en los ojos del día
Juntar al pincel, todo pigmento de hojas y nube de albatros
Redes para tus palabras suaves,
Para las gotas que saltan de tu lengua
Al vacío del fuego, a las mangas de la muerte
Al acero quemado en rojas tinieblas aladas
A todo eso que nos aleja y repite tu nombre
Pronunciando el conjuro del duelo
Las palabras que eclipsan el cielo poniente
Y dejan regueros de exánimes brisas:
Que descanse en paz
Que aplaque su furia
Que nos olvide. Amén.

Éste es el cadáver colgado de la axila
Rebanado en cierras de hielo de diamante bruñido
Como cerámica de arcilla translúcida y hermosa
Globular y alta, girando sobre la cima
Donde el ámbar de un foco desteje
Filamentos de tentáculos de pulpo
Quel estómago cadavérico traga,
Con su gran boca de labios granates
Y su ombligo de capullo cazamoscas.

Precioso cúmulo de restos inhumanos
Que juegan al equilibrio de cuchara y tenedor
Sucio de pasta reseca y güiso sangriento
Fluye de sus dientes, poco a poco
Sobre el metal oxidado y la aspereza del sol
En el último anochecer
Que raspa la tez blanquísima
Contra el adusto color del páramo
El tufo de arenosas tormentas
Y el desfile de gavilanes enternados
Alegre corte que espera, la caída en seco
Jugosa
De la escultura obliterada
Libre aún de moscas
Por la voracidad de la eclosión que gruñe
Pumas celestes y aburridos
Saltando como gotas de agua, por aspersión
A izquierda y derecha.

Bello desorden abierto de escarcha
Que parece inclinarse demasiado
Para volver a su punto
Bajo el nervioso clamor
De la silenciada pintura
Que se devasta y ofrece
Como manzana de caramelo
Al cactus que se seca, irremediable
Bajo sol que agoniza de angustia
Y no podrá
Ver el horroroso desastre completo
La dispersión absoluta de venas y caldos de hueso y cartílago
Cayendo pasmoso contra el cemento, frente a la estepa infinita
Bajo el cielo desteñido, con el más inquietante grupo
De aduladores, elegantes y afilados.

Tú, en verdad,
Haces caer
La lluvia de sangre.

Tomoe


Llueve,
La beatitud inhuma,
El brillo de cristales rojos.

Diagonal sobre los aires
Sobre tejados,
Rompiendo Saetas
Contra la delicada
Exhalación
De sus cabellos.

Tintura sobre la humedad
Despide
Los filos de tus ojos
Abiertos al tifón
Que tu muñeca gira
Destajando el tiempo:

Acuarela encarnada
Sobre tu rostro gentil
De niño.

Y su mirada difusa
Quebrando las formas
Que vacilan
En despojos De tristeza
En sus rojos labios
Y sus prendas blancas
Cubiertas por la lluvia
Del cielo que haz herido.

La dilatación
De la rosa en sus pupilas
Y el paraguas…
Todavía más azul
Inútil.

Azul que giro como sin límites
Cobalto oscuro, hasta mi pestaña
Como estupefacto y sombrío gusano
Cuando los cuervos bailan cadenas
Al celeste uniforme sin textura
Y sólo el párpado
Como cola de liebre
Espera, garras brillantes
Cardas Impetuosas.

Pálido azulino
Cachete de ramas en las manos
Gris de las figuras con toga
Viene danzando Coreografías
Con dobleces de mantas viejas y callos
De viento
Que hiere.

Marino Lago que me cae de ombligo
A la ruta enmarcada entre las sienes baldías
Cuando el calor apretujado
Refresca
Días solitarios
Y migajas
…Como rocío.

Es dura como el portland
Tu mano nunca abrirá sus poros
Pero está latiendo
Bajo esas piedras
Y Lanza Una nota
En aviones de papel
Desde sus cabellos como ramas secas
Y retorcidas,
Un silbo de serpientes
De polvo
De arena azul,
Un gemido
Que Resiste
Como cáscara
Vacía.

Ella rezume
Tus huesos triturados
La vena, el nervio sobre tu carne roja
En ése ombligo Que ya No se abre
En ésa palabra
Sin tiempo Jamás De ser oída
Aunque sea
Una rama Crujiendo
Por última vez
Varias veces.

Recorrerla
Es dejar tus ampollas
Como unos cuantos pétalos Rojos
Sobre su piel De luna quemada
Como una ofrenda
Para advertir
Si acaso,
La sangre Conmueve
La infinitud De la seda
En la que flota
Como placa continental
Sobre la materia oscura
Del espacio.

Cascajo y algodón sobre la pendiente
Los levitados pasos de piernas como viejos troncos de vid
Avanzan, en líneas fluctuantes.
Culebra de polvo enrarecido Bajo el cielo
Congelado.

Mechas incrustadas en las uñas
Vibran al vacío como lanceadas estrellas. Luz
Procesión de razguños, de pedrería entre los dedos
De polvo en las grises pantorrillas. Luz

Togas de anciano sacerdocio, sayales compungidos
Encorvándose
Sobre los flácidos vientres
Las encallecidas manos
Los pies de raíces
Y las crismas Elevadas
Nublan el cielo Que llovizna
Vestigios.

La arruga es un rostro
Centella intermitente
Allá
Con ojos blancos y naríz afilada
Absorta.
El pellejo de sus labios cuelga
De la rígida aura
De las reptiles soledades
De sus muecas
Y sus oblongos espíritus
De flama consumida
Sin brillar como cuchillo de luz. Rayo negro.

Peregrinos de cera, picos de viento que muere
Cansado.

A Ademir Cossi

Vegetaciones de relámpagos
Geometrías de ecos:
Sobre la hoja de papel
El poema se hace
Como el día
Sobre la palma del espacio

Octavio Paz

Llegando A cincelar
La cuadrada indeterminación
De las señales
Nebuloso acero Se despunta
En la tarde Equinoccial
Para gritarnos
Lo que escapa De la cárcel.
La granítica jaula
Repleta de grillos
De ánforas Que surten
Las escapadas aguas
A iluminados torrentes
Y horas perdidas
En cada vistazo.

*
Apoltronados sillares
Flagelan verbos
A los frontispicios
De la masa
De los extraños Prometidos
A la tierra Y la caverna
De espectros
Que blanden A las hojas
De presentes
En cenizas
Andrajos
De luz Y sonido.

Rotas y quebradas
Humaredas
Llegan Oxidentes
Saltando con sigilo
De las ventanas
Por el yerto agujero
De tu vista
A los balcones
Donde
Absorto rapáz Inhuma
Su Madero-colgador
De telescopios.

*
Nudos en la boca
Vagan
Las verdes ojivas
Que detentan los trazos
De cada sello
Y cada símbolo Deja
Uñas de pasados
En la frente
Del mundo.

*
Al final
De la conflagración
Y sus aves picadas
Como disparos
A los ojos penitentes
Al espíritu errante
Abierto a las brumas

Sólo quedarán
Nombres vacíos
Llenos al final
Del Otro…

Ajo de agónica plata
La luna menguante, pone
Cabelleras amarillas
A las amarillas torres.

Federico García Lorca


Afrentando los terrales
Dos caleidoscopios Viran
Las direcciones A los vientos.
Encorbatados sentidos
Como flechas mordaces
Reprimen la luz
De las arenas.

*

Color de pared adormecida
Mea Las dunas afrentadas
A los bajos pliegues De las piernas.
Recientes Y lejanos Mareos
Estipulan
Curiosos lapsos de ira
Para Los despotentados
Caparazones cinéticos.

*

Como Flexible palabra De pisco
Las brumas llegan a los puertos
De las íes.
Sabrosas irrupciones
De sensuales carestías
Golpean las almas
Irritan los cuerpos
Que estallan
Cálidos Vibrantes
Trapeadores arrastrados
En húmedo Contrasentido
Envueltas las manos
A las líneas
A las palabras Del poro
Al insulto Más sensual De la dureza.

Y el blando recibimiento
Que detenta la noche
Como un signo final
De sus aguas…
Eclipsa cuartetos
Pintando en la acera
La sombra
Del andrógino Centauro
Que corre
Veredas encendidas
Por las antorchas
De los periódicos
Matutinos
Como pálida luna
Pintada en el lustre
De su gabán.

Al viejo grupo de los Colónida

Palais Concert
Erra de vistazos y guantes
Polvo extraviado en las botas
Que reagrupan
Las voces instauradas
En el tufo
De la entonación,
La velocidad de los autos
Polirrítmicos
Locuaces Como sólo
Condes vesperales
Auguran
Tísicas enmiendas a la esquina
Efluyente
--------De aquí a los perús
Con toda flama vibrante
Y lánguido ejercicio
Metafórico.

Heráldica la mesa
Sobrecoge Rostros y guiños
¡Oh, quitad la envoltura luminosa
De los segmentos
Incontrastables!
Abrid la bufa corporeidad
De los murciélagos
¡Y danzad! ¡Danzad!
Horas enturbiadas
En los multiplicados Ojos
Tan diversos sinsabores
Para tan Resopladas
Bocas.

Aquí comienzan
A girar las manos
Las frentes A sonrosar las auras
Para insurgir
Como espejismo
Las duras manos Del hornero,
El callo enmohecido
En oblongas tribulaciones
O sencilla
Jamás suficiente
Auguración de cuentas
Y Vacíos.

Saldrán de las tranqueras
A las calles
De nuestra feróz encrucijada
Donde las paredes arden
Y los gallos
Crepitan Heridos
…
Sobre la tierra.

A Francois Villon

Los metales descendentes Auguran pasos a la calle
Y levantan Esqueléticos la aurora
Por sobre tus hombros
Raquítico traspié nos emigra
Y siente La exhalada de los muertos
Para sí
Como secreto arrancado Al pasar
De inasibles algoritmos
...Que difunden
Las pardas señales
-Devenidas a tu piel
Como irritadas agujas
Clavadas a los muros
Cuerdas volantes Y suicidas.

Prolegómenos de daga
-Nos concurren
Al aullido de los perros
Y todo se hace Nuevamente
Piezado
En líneas difusas
Sobre las tablas Y las telas
Cuando los vidrios pasan
Sus rendijas
Por crestados fogones
Y la incursión de las siluetas
Como vendas de lino
Redime Los Corazonados
Rastrojos
Del cielo.

No cien Pies-juntillas Tampoco Línea recta
A lo sumo,
Reaparición del conjunto danzante
De luces psicodélicas Y amalgamas
Como saliva
De carne convulsa,
Bebedero-pistón Bajo la niebla
O día sin soles vespertinos
Abusando De la curva irreverente
De los dedos temblorosos
Y la pesadez radiante En mi cráneo
Como cien torbellinos batiendo
Circunvalada fruición
De ojos Que se evaporan
Hirviéndose en lágrimas.

Recojamos las grutas
Para esconder
Nuestra señal de alunados
Y rebatirnos
Como sopa caliente
En la mañana.

Vuelto El haz verde
Figuración
Del aire-flecha
Corazón y Lanza
Cayendo con el polvo
Sobre la piel que pisa
La tierra incandescente

Como pesado fantasma
Que corta los vientos
Con su sóla mano
Sobre la cabellera lacia
De mujer que crece
De nombres Y olvida
Sus pies nominados
Raíz de las miradas.

Piñas
Gladiolos desangrados y el reposo a mi cabeza
Cuadrangular Rectilínea
Cortando el terreno

Su marca de hierba desatada en borrasca
Silencioso trotar que al fin se detiene
Sobre las ramas del hueso
Y el sopor de la carne Podrida
Al fin
En terrosos cabellos
Que acaso Gustarán más
Del verde nardo cocido
Que de la boca pustulada, roja y serena.

Gladiolo azul, invernal respiro de las ropas
Descanso, otra vez, del hielo-mirada
Del cáustico sin saber de lo que viene y ES
Presente como rosa negra y verbo tropezando
Para ser besado, engladiolado Al trípode
A ése fungicida trampolín de la huerta
De los robles que acerezan, concientes
...La mirada y el reposo.

Tornillo sin fin
Las correas-cintas volando aires al vacío
Entrechocan la enrojecida conflagración de colores
Y los gritos de los atormentados, entrechocan brindis
Como rotas damajuanas de vinilo
Para la madera y el banco.

Uniformes de corbatas
Rejurgitan los cuerpos dislocados a diestra y siniestra
Mirando ampuloso y cetrino eructo de las risas,
Inhiesto fragor de golpes escolares
Redimen los mesnados circunloquios de sus caretas.

Lluvia de cristales como al cielo, pólvora deglute
La luz de los colores. El festejo de la párvula burbuja
En pócimas de anís Caliente.

Haz llegado, pisando las fuentes
Y encadenaste la sombra a mi destierro,
A tus talones, a la certeza de tu muerte
Me haz comprobado la agonía
De esta lentitud
En que des-ando, el propio tejer de las lumbreras
De los postes raídos como harapos
O estandartes que dirigen sus derrotas
A mis muros
A la ciudad quemada
Como presentes llevados de la boca
Al rotundo vacío de lo extraño.

Permíteme callar,
Ahora decir de lo que muere
De lo quebrado y sin pulso
De la no resistencia a las pelotas
A las monedas, las lunas o los niños
Es decir, a la desgracia, tu desgracia
El final rechinante, la fluctuación del orden
La irreverencia contenida en cada náusea
La risa que escapa de las rejas,
De las paredes húmedas...
Vagabundos y rasantes inquilinos.

Ahora, presénciame
Soy pellejo de los claustros
Asesino de insectos, decatlón de cortaduras
Inmortal suicida.

Ya no me aferro a nada
Tan sólo al cigarrillo
A su exhalación de mí por los aires
Y al viajar de ese polvo
Como terral en una esfera sellada al vacío.

Así, mi continuidad inútil
El final de toda posible algarabía
Al verte llegar… por fin.

Luz de bloque, superficie cortante
Qué hacen los espigones fluorescentes
Contra el brazo cubista
Enganchado al imperdible
A los alambres cuadriculados
A los despojos de vientres
Tan sólo de insanía encapotada
Y oscuras esferas
Como hilajes de burbujas
Surtiendo detergente
A dos arrugadas manos
En formol Y lejía
Como rocío mañanero.

La colada perenne, blanquísima
Lapislázuri espectral
Blanca sol de parches
Miradas
Senos jóvenes, ahítos
Para dos mejillas borrosas
Genial frescura de la flama táctil
Del poro liberado a los millares
...
Hojas y pasto entre-seco
Resarcida cocción del telar estático
Llevándose lienzos
Para envolver
Mi suave mortaja De limón.

Cada escrutinio me deja
Ojos de araña
Visiones del espejo
Abandonadas a la hierba
Zig Zags
Pedazos y roturas
De soles fatuos...
Intensas refracciones
De las mandíbulas
En que haz llevado
Mis despojos
A tu cuerpo

Y me he regenerado
Surcido
Como el peluche
De felpa y colmillos
Como el pequeño bastardo sobre tu almohada
Retorciéndote el cuello.

1º

Los pedazos huyeron
Llueve la carencia de otras horas
Más posibles
Y el color
Se ha tiznado
Como la piel Careada
De soliloquios

La frente misma de tu falencia
Apostrofa la caída
De los platos al cemento
Como golpes, todos
Contra el pecho y la costilla
Quintales ruinosos
Ampulando tus carnes
Cosechando…
Nidos de mosca.

2º

Sólo ventral silencio
Traspasa el muslo
El entrecejo, se fue
A gatas
En medio
De las sombras
Como ladrones
Píloros de orina
Sensación de barro en la boca
Y la ancha sonrisa
Del asco.

Zambulle tu mirada en las sombras
Y no dejes de virar
En dirección a tu muerte blanca
A tu raíz de cierra y cardúmen Volátil
Detesta, el muslo de tu origen,
Aprende a escupir sobre tu carne incinerada
Coacta tu hambre y sufre las meriendas
Como gris felonía De cuervos en fardo
Construye tu nido, a ciegas, con hojas de vidrio
Apelmaza... alambres de bosque
Y crea senderos con tinta Y madera.

Reina sobre ti, embalsa la cordura y finge
Zandalias en tus garras para no volar bajo.

Exprime, la torsura enrevesada y el acordeón torcido
Canta para liberarte de alas y vuelos epifánicos
Mira a tus anchas y de largo cada inserción de tus mandíbulas
...
En el alma de la liebre, arrepiéntela y suprime sus gritos
Con la tortura de un flagelo a cien espinas
Mira y decide tu presa como tú, límpiate y limpia de todo barro
La envergadura de tus huesos, la sanción de tus caries.

Aderezos, caldera que bulle manteles y tenedores
Color a tarde se saborea de rojo y naranja
Tus ojos cuelgan de los barrotes
Y pasan, en círculo, veloces y agitados
Como terral que te carga de los pies hasta la mesa
Hasta los pisos y platos hondos, profundos
Como el frío de la piel, de las manos en el lavadero
De las manos que danzan juntas como surcidas
A un solo punto.

Gotas de lluvia, aparaguan tus párpados
Observan todo tu giroscopio flotando húmedo
Bajo el silencio nublado y el ombligo que se aparta de ti
Sentándose en la silla con un pelapapas.

Sonríe, el abrazo en tu azotea
Gran abrazo de caimán, oso que gruñe a risotadas
Cuando el angel clava su hoja al herido paso
De diabólicos matices, mientras las capas bailan
Con las serpientes y el fuego de tu boca
Resuenan silbatos en la espalda de la calle. Fin de la fiesta.

Cancha de cemento, bajo las zapatillas blancas
Florecen alegrías ajenas,
Tu lejanía se parece al cactus bastardo que se halla en el jarrón
Al cactus de la sombra azul y fría
Sosegado pinchar de los mosquitos por las mañanas
Tu lejanía se parece al himno nacional de los cactus en maceta
A los anchos gavilanes
O a los crudos caballeros que cargan sus molinos por doquier
Cruces, polladas, aniversarios del globo proyectil o raymis,
El tropel de todos siempre ha de ser algarabía, refundada
Tántas veces como la eternidad y el retorno permiten
Estaciones humanas de risa y tragedia.

El suelo es un metal indisoluble que te deja peinado,
La gomina trasluce tierra y gelatina sobre las hojas
De tu cuaderno
La gelatina, otra vez, enfría, como el cuerpo de un NN
Todavía fresco, vibrante. El tiempo comprobará su simetría
Porque el frío exánime tranquiliza las horas. Tu carácter
Como agua mañanera, carece de carbones
Y sabe a muerte anticipada.

Tu canción es un chasquido que se nutre con tu almorzar, largo, larguísimo
de las nubes como plastilinas que zarpan los mares índigo
Corsario, tu señalar ideas que escapan de tus ojos y llegan a los nimbos
Cúmulos, llamando al silbido amable de los perros. Ladrar del viento acaecido
Y roca como ninguno, hecho exámen aprobatorio.

Trompetas y tambores, cada lunes por los siglos de los siglos
Corbatas gráciles cubiertas de sol y crujientes
Cremoladas como rombos en el cuello.

¿Qué quiere decir “adobo incuyado en tus muelas”?
Qué, sino correr agitando el pelaje con cientos de crías
Amontonadas en tus oídos, tiritando, chupándote la chicha
Del pecho embadurnado con aceite.
Qué, sino la rica cocción dominguera de las faringes
La sonrisa del padre sobre el plato, las palmadas
Rozagantes o la Tía mariscala de la olla.
Qué sino gritar “provecho” con migajas en los labios
Y una sonrisa vacua para el estómago lleno.
¡Provecho!

Carriles de piel
Girones de cielo azul en la ventana
Tu figura colgando en mi sombra y tu cráneo
…
Percha donde quedan los tumultos
De bocas que desfilan mis rincones polvorientos
Donde tu lengua salada barre mis heridas y paredes
Como larvas de ceniza que engendramos
En cada oscura mirada a través del vidrio…

Te fabulo como un delgado animal Que cuadra
Sus contornos
A mi tórax
Y no encaja
Sin que se pliegue de cuero
Y difumine los pedazos de carne
Por cada momento angular
De las maxilas que saborean tu sexo
Lanzando cúmulos de sangre
En cada miasma que injertamos con las uñas
Extirpando nuestras huellas para quedar realmente
…Desnudos

Otra vez
L`arcilla nos forma: Andrógino perímetro
De mármol

( )Coloreados de crepúsculo
Ven de la cornisa, el prado vastísimo. Ocre
Pintando los pies tejidos. Superposición
La penuria de millardos que no cuentan
Tus pestañas, mi pestaña, ¿cabello? Vello
Que reposa en tu párpado como sobre agua…
Tu párpado, mi párpado, piel sobre un ojo. Tejido
Flotando sobre tu retina, los charcos del ombligo
Todo sobre nada Nada que recita al estadio vacío
Su canción inaudible.
-Todo en el tiempo - espacio de este poema:
“Nada” recita su canción (no-poema o poema) sin sonidos (= 0 = 0 = 0)
Y muere porque aquí, precisamente …El Aire ( ) no está
-Todo en el espacio – tiempo de este poema:
Substanciado en líquido
Ágil lengua que finalmente
Huye sus caudales de tu florecida Opera Aperta
Me disemino en tu inagotable lúdico. Piel que se encarama y gime
De Ausencia
Sobre tu vientre:
Sólo nos quedan Orgasmos puros ( )
Un Signo ( ) Posibilidad.

Hoy he vuelto a sufrir
Mi pecho bajo la ducha
La herida en sal
Mis ojos inyectados
Y el profundo vacío
Que flota en ellos
Como burbuja
Cada vez En la mirada

Vuelto a sufrir
En los pasos que giran
Sobre sí mismos
Los que me traen
De nuevo, por este viaje
Donde no he conocido
Sino la hora cayendo
--------------------Vertiginosa
Hacia el regreso
Sino la arena En el piso de mi piel
Las puertas de mis labios
Y Las ventanas oscuras
De mi visión contrita

Vuelto a sufrir
En la conflagración
Sincera de los temporales:
Ámbar y Fuego

Apenas vi
Mi destino que vuelve
A la carne de los autos
Al lloro del espejo
Y al gemido
Que el placer ahoga
Por un instante…

Y vuelvo al instante

He nacido Para siempre.

Huella
Borrador de zapatos
Lluvia
Huella que hunde
Las huellas…
Mi sentido carente
De palabra sólo habita
En mis palabras.

Lluvia
Destaje de brizna
En el pecho
Trazos de vereda
Cediendo mi frío
A los perros
A la noche
A las lunas
A los ojos que pasan
Y llegan
…
La mirada del eterno
Que muere
La huella que no
Se fosiliza.

En serio, aveces me quedo
Mirando la ventana de la combi
Como esperando verte
Cruzar la calle

Casi te veo Allí
Mirando A ambos lados
En esa pista De un solo sentido
Qué cosas tan graciosas
Tus costumbres
Y tus dos ojos cafés
Como soles Que se consumen

Son graciosos porque
Son dos cosas tan pequeñas
Tan profundas
Que parecen reducirte Al absurdo
Como si de pronto, bastara mirarte
Para comprenderlo todo
Aún esos días que te sentabas en el suelo
Y llorabas, decías, para verme crecer
Como una planta…
(cursilerías)
Y mi desdén Por ellas
Aunque estaban cargadas de cariño
Y eran
Tan naturales En ti
Tanto
Que te habría creído
Si me decías:
“Soy la mujer del viento
A la que todos oyen
A la que nadie escucha”

1º
Soy el mismo bajo la lluvia
Con ustedes
Sin ustedes
Soy esa voz perdida
El eco que no regresa
Cargado de nadas
…
El calor del espectro
El difuso fantasma

2º
Acalorado
Sin voz
Por el hielo
Con la boca de lava
Y los vientos Soplando
Tu ombligo
Lejos de mí
Como la otra vereda
En la calle más ancha
Del cosmos

3º
No dudes
Solo camina
Hacia el dedo gordo
De mi pie
La lepra no es excusa
Para tu aceite
Para tus largos cabellos
Limpiándome
Con toda su gracia

4º
Cómo decir más
Que todos esos signos
Sobre la playa
Las líneas y los puntos
Rejurgitados
Por el mar
Como miles de ideas
Que caminan solas
Y naufragan
De improviso
Como todas esas mentes
Claudicando Ser el mar
De sus diminutas
Vastedades.

5º
Mi olor quemándote
Es a tierra y sal
A espuma de incienso
Que te corroe
Una sola vena

La vena que cuelga
De tu cintura
A mi pulgar
A las vias de mi lengua

Un trazo que definimos
Mientras corremos
Los cúmulos de la tarde
Los besos que dejamos
En una alcantarilla
Con un mensaje que reza:
"Sólo para tí"