AcEnTricO

Tú, en verdad,
Haces caer
La lluvia de sangre.

Tomoe


Llueve,
La beatitud inhuma,
El brillo de cristales rojos.

Diagonal sobre los aires
Sobre tejados,
Rompiendo Saetas
Contra la delicada
Exhalación
De sus cabellos.

Tintura sobre la humedad
Despide
Los filos de tus ojos
Abiertos al tifón
Que tu muñeca gira
Destajando el tiempo:

Acuarela encarnada
Sobre tu rostro gentil
De niño.

Y su mirada difusa
Quebrando las formas
Que vacilan
En despojos De tristeza
En sus rojos labios
Y sus prendas blancas
Cubiertas por la lluvia
Del cielo que haz herido.

La dilatación
De la rosa en sus pupilas
Y el paraguas…
Todavía más azul
Inútil.

Azul que giro como sin límites
Cobalto oscuro, hasta mi pestaña
Como estupefacto y sombrío gusano
Cuando los cuervos bailan cadenas
Al celeste uniforme sin textura
Y sólo el párpado
Como cola de liebre
Espera, garras brillantes
Cardas Impetuosas.

Pálido azulino
Cachete de ramas en las manos
Gris de las figuras con toga
Viene danzando Coreografías
Con dobleces de mantas viejas y callos
De viento
Que hiere.

Marino Lago que me cae de ombligo
A la ruta enmarcada entre las sienes baldías
Cuando el calor apretujado
Refresca
Días solitarios
Y migajas
…Como rocío.

Es dura como el portland
Tu mano nunca abrirá sus poros
Pero está latiendo
Bajo esas piedras
Y Lanza Una nota
En aviones de papel
Desde sus cabellos como ramas secas
Y retorcidas,
Un silbo de serpientes
De polvo
De arena azul,
Un gemido
Que Resiste
Como cáscara
Vacía.

Ella rezume
Tus huesos triturados
La vena, el nervio sobre tu carne roja
En ése ombligo Que ya No se abre
En ésa palabra
Sin tiempo Jamás De ser oída
Aunque sea
Una rama Crujiendo
Por última vez
Varias veces.

Recorrerla
Es dejar tus ampollas
Como unos cuantos pétalos Rojos
Sobre su piel De luna quemada
Como una ofrenda
Para advertir
Si acaso,
La sangre Conmueve
La infinitud De la seda
En la que flota
Como placa continental
Sobre la materia oscura
Del espacio.

Cascajo y algodón sobre la pendiente
Los levitados pasos de piernas como viejos troncos de vid
Avanzan, en líneas fluctuantes.
Culebra de polvo enrarecido Bajo el cielo
Congelado.

Mechas incrustadas en las uñas
Vibran al vacío como lanceadas estrellas. Luz
Procesión de razguños, de pedrería entre los dedos
De polvo en las grises pantorrillas. Luz

Togas de anciano sacerdocio, sayales compungidos
Encorvándose
Sobre los flácidos vientres
Las encallecidas manos
Los pies de raíces
Y las crismas Elevadas
Nublan el cielo Que llovizna
Vestigios.

La arruga es un rostro
Centella intermitente
Allá
Con ojos blancos y naríz afilada
Absorta.
El pellejo de sus labios cuelga
De la rígida aura
De las reptiles soledades
De sus muecas
Y sus oblongos espíritus
De flama consumida
Sin brillar como cuchillo de luz. Rayo negro.

Peregrinos de cera, picos de viento que muere
Cansado.