El aburrimiento se esconde
Pero el cernícalo cae
Irremisible
Cortando la trayectoria del dolor
Una pedrada contra un vidrio opaco
Cercena la soledad del que no habla
Sin su trompo de agudos colores.
Todos han nacido para crecer
Como las rosas o los negros árboles
Bajo las enormes alas que remontan
El verde universal de los insectos,
Sólo para caer
Sus escamas de cera
En el ojo del edificio blanco.
Así, la infancia
Sobre la tierra húmeda,
Grillo fosilizado en la oreja
De sus bolsillos rotos.