Y de nuevo me hundí en el oscuro espacio;
Por última vez, para siempre.
Ryounosuke Akutagawa: “En el bosque”
Aluvión de mayo camina sobre mi espalda
Saluda por encima de las torres
Deja tu signo de flamígera plata, arder
Bajo los mares de mis oscuros ojos.
Tú que submarinista de jabón rozas la espiga
De los titánicos vellos y congojas la brea
De los profundos arrecifes sulfurosos.
Sumérgete bajo el silencio, brama
Estaciones de hojas que resucitan
Esperando la tiniebla
Bajo el cerezo. Donde reposo
Y alargo mis brazos, mi cuerpo desnudo
Moviendo las aguas que llueven al cielo
Hacia ti, aluvión de mayo.
Decir amapolas a tus rezos, juntar mis manos
Ver tu rostro detrás de la batiente
Alargar sombras de luz, sobre los ramos propiciatorios
Tentar a los grillos con humo de noche en los ojos del día
Juntar al pincel, todo pigmento de hojas y nube de albatros
Redes para tus palabras suaves,
Para las gotas que saltan de tu lengua
Al vacío del fuego, a las mangas de la muerte
Al acero quemado en rojas tinieblas aladas
A todo eso que nos aleja y repite tu nombre
Pronunciando el conjuro del duelo
Las palabras que eclipsan el cielo poniente
Y dejan regueros de exánimes brisas:
Que descanse en paz
Que aplaque su furia
Que nos olvide. Amén.
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