Hay tres veces más
Luna en la brea de dos llantas
Quemándose
Más, en el sorbo de pastos azules
O en lo enjuto de una carne
Consumida por el viento
Que en todo el vasto destrozo
De cuerdas humanas rojas
Como el sudor de una tarde enrevesada
En decir lo que no digo
A tu larga curva sonora de mar
A tu caracol corola de lanas grises
Al medio taco en tu mirada sorda
O a ésos descontados
Insectos
De ocho patas en tu mano.
Hay más, hay tanta luna en el cristal roto
En un giro de vértebras oscuras
O en un nudo de zapatos escolares
Que en toda la nominación de los panteones
En todo ese despojo de estallidos dorados
O en todos esos parques de bancas vacías.
Hay tanta luna en el horror de estar contigo y abrazarte
Sin llegar a poseer ni cuello ni rodilla
Que mis manos sangran de felices y la voz me vuelve
Para intentar
Decir tu nombre.
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